Un invierno de verdad (Finlandia I)

“¿De dónde sois?” “¿Qué hacéis aquí?” “¿Habéis venido a visitar a un amigo?” A los habitantes de Lahti les desconcertaba encontrarse a una pareja de Barcelona en el centro de su ciudad, en el mes de diciembre. Hace un año, justo después de una de las olas de frío más fuertes de Europa, que obligó a cerrar varios aeropuertos por la nieve, y una hora antes de que la huelga de controladores aéreos en España dejara a millones de viajeros sin puente, nosotros tuvimos la gran suerte de poder volar a Finlandia.

LlacVesijärvi a Lahti - Lago Vesijärvi en LahtiEn invierno, este país nórdico es un destino turístico habitual para sus vecinos bálticos y escandinavos. Es cierto que también viaja allí gente de otras nacionalidades, pero se concentran en Helsinki y en la Laponia, por encima del Círculo Polar Ártico, atraídos por Papá Noel, los trineos de huskies y las auroras boreales. Pero nosotros decidimos pasar unos días donde empieza el Distrito de los Lagos, en Lahti, que con poco más de 100.000 habitantes, es la séptima ciudad más poblada del país. A 100 km al norte de Helsinki y situada en la orilla del lago Vesijärvi, Lahti, que significa “bahía” en finés, es conocida mundialmente por los trampolines de saltos de esquí y por ser un referente en deportes de invierno.

Sentados en el tren, en el trayecto desde la capital hasta nuestro destino, mirábamos por la ventana y nos íbamos haciendo a la idea de lo que nos esperaba: bosques, bosques, y más bosques completamente blancos y cubiertos de nieve, silencio, quietud y oscuridad, sobre las tres de la tarde ya era casi noche cerrada y el termómetro marcaba -5°C.

Cases de fusta a Jalkaranta / Casas de madera en JalkarantaDurante nuestra estancia nos alojamos en Jalkaranta, un barrio de casas de madera situado entre el bosque y el lago, Irma era nuestra anfitriona. Las luces y velas en la puerta y ventanas, los patucos de lana, el olor a galletas recién hechas, convertían su bed&breakfast en un cálido refugio entre tanta nieve y frío.

Trampolins de salts d'esquí / Trampolines de saltos de esquíNuestro primer paseo hacia el centro de Lahti fue una auténtica travesía por el bosque, cruzando las kilométricas pistas de esquí de fondo que unen Lahti con otras localidades de la región. Al salir del tupido bosque, es impactante encontrarse de frente los tres trampolines de saltos de esquí (el más alto tiene 130 metros), que son el símbolo más visible e internacional de la ciudad.

Al lado de los trampolines está el Museo del Esquí, que recoge toda la historia de los deportes de invierno en Finlandia, mediante fotografías, vídeos y ropa y utensilios, principalmente de esquí. Además, tiene una parte más lúdica donde podrás emular a los saltadores en un divertido simulador.

Sibelius HallEl centro de Lahti está formado básicamente por dos calles principales que se cruzan, Aleksanterinkatu y Vesijärvenkatu, que aglutinan la mayoría de comercios y restaurantes. También hay un mercado, más pequeño y tranquilo de lo que estamos acostumbrados, donde además de comprar productos típicos como salmón y galletas de jengibre, también puedes comer muy bien y a buen precio, mientras charlas un rato con los amables dependientes. Los dos edificios más emblemáticos son: la Ristinkirkko (Iglesia de la Cruz), del reconocido arquitecto finlandés Alvar Aalto, y el Sibelius Hall, un auditorio y sala de congresos que destaca por su arquitectura y que lleva el nombre del músico más prestigioso del país.

Antiga estació ferrocarril / Antigua estación de ferrocarrilPaseando por las calles nevadas y pendientes de no resbalar, nos llamó la atención que el escudo de la ciudad fuera una rueda de ferrocarril. Esto se debe al hecho de que fue un elemento clave para el desarrollo de la ciudad y su industria. De hecho, mientras bordeábamos el lago, nos dimos cuenta de que estábamos andando por donde antiguamente pasaban las vías del tren. Cuando todo está tan blanco y tienes dos palmos de nieves bajo los pies, cuesta reconocer por donde pisas. Ahora, la antigua estación continúa siendo un punto neurálgico de encuentro. El edificio amarillo de madera conserva la estructura original y se ha convertido en una cafetería, nuestra favorita de Lahti, donde puedes disfrutar de pasteles dulces y salados y entrar en calor tomando un café y contemplando el lago Vesijärvi helado.

Llac Vesijärvi / Lago VesijärviLos más valientes se atrevían a adentrarse en el lago para patinar o bien pescar, pero nosotros preferimos rodearlo y fotografiar los barcos atascados en el hielo y los pequeños embarcaderos que, al oscurecer y con la niebla, parecían el decorado de una película de misterio. Quitarse los guantes para hacer las fotos sin perder la sensibilidad en los dedos también tenía mérito.

En Lahti predominan los parques y espacios abiertos, como el Parque Lanu que, completamente blanco y sin prácticamente nadie paseando, todavía daba más sensación de frío y quietud. El atractivo de este parque son las vistas, ya que está sobre un pequeño montículo, y las 12 esculturas de madera de Olavi Lanu, aunque con tanta nieve solo fuimos capaces de identificar una.

Vaixells atrapats al gel / Barcos atrapados en el hieloLa naturaleza que rodea Lahti es espectacular, pero para pasar un invierno de casi medio año, hay que estar preparado. Nos sorprendía ver a muchos finlandeses en bici o corriendo sobre la nieve como si nada. Se nota que el deporte es muy importante en la cultura finlandesa, ya que la ciudad tiene muchas instalaciones deportivas públicas, tanto cubiertas como al aire libre, que se aprovechan todo el año. Por ejemplo un campo de fútbol y una piscina en verano se convierten en pistas de patinaje sobre hielo y de esquí en invierno.

Nosotros pudimos corroborar en vivo y en directo esta pasión por el deporte, presenciando de manera imprevista los entrenamientos de tres futuros campeones de saltos de esquí. Verlos deslizarse a toda velocidad por el trampolín, cogiendo impulso para elevarse y volar durante unos breves instantes, durante los cuales parece que el tiempo se detenga, es una imagen llena de épica y de emoción.

En el próximo artículo sobre Finlandia te invitaremos, precisamente, a ponerte los esquís…

 

Cama, comida, copa…

Irma’s Bed & Breakfast: Típica casa finlandesa de madera, muy acogedora y con una decoración muy nórdica. Irma y su marido te harán sentir como en casa, te ayudarán a organizarte actividades y te prepararán unos desayunos caseros impresionantes.

La cafetería Kahvila Kariranta, en el edificio de la antigua estación del ferrocarril, es ideal para comer o tomar un café y unas pastas a media tarde. Es tranquilo, calentito y con vistas al lago. También tiene una parte de restaurante.

No te pierdas las cervezas y la sidra artesanas del Teerenpeli, en el centro de la ciudad. El local, con un estilo sofisticado pero íntimo a la vez, se llena de gente por las tardes y noches. También sirven comida y platos para picar.

Otro artículo sobre Finlandia: Esquiando por el bosque (Finlandia II)

Posted on 30/11/2011, in ESPAÑOL, Viajes and tagged , . Bookmark the permalink. 2 Comments.

  1. José Antonio

    !Que envidia! Quién pudiera pasar unos dias allí, con ese paisaje y en una típica casita nórdica. Para desconectar de verdad.
    Pero en fin, siempre podemos viajar con vuestra página.
    Seguir así, me encanta leerlo.

    • Sí, cuando viajas a un lugar así, totalmente distinto a tu día a día, parece que el mundo se detenga. Impacta el silencio, el ritmo pausado de la gente y la naturaleza tan pura.
      Nos llena de satisfacción saber que con nuestros relatos, conseguimos trasladarte a nuestros destinos favoritos 🙂

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